Mis 4 imprescindibles para disfrutar de *La Rioja*

1. Finca de los Arandinos + Restaurante Tierra
Uno de esos hoteles de los que no hace falta salir porque lo tiene todo. Y cuando digo todo, es absolutamente TODO. Habitaciones de diseño con vistas espectaculares que te hacen levantarte con un chute de energía, tan solo para observar el paisaje lleno de contrastes, luz y colorido. Madrugar para disfrutar del running bajo los primeros rayos de sol y perderse entre los kilométricos viñedos de los que luego salen vinos exquisitos. Aprovechar los atardeceres en la piscina del spa, mientras ya vas pensando qué plato eligirás esta vez en el magnífico restaurante Tierra. Todavía se me hace la boca agua recordando las croquetas de la Finca, el bacalao confitado o la crema helada de queso camerano. ¿Y por qué no? Disfrutar de una visita guiada a la bodega y aprender de una manera muy divertida qué es y qué no es ¡un vino redondo! (Puedes reservarlo aquí).







2. La montaña de casas más tremenda: Entrena
Yo no sé vosotros pero nunca había visto nada igual. Tantas casas juntas, con un orden dentro del desorden. Si lo miras desde la distancia, este pueblo parece un rompecabezas. Peculiar lugar, con gente muy maja y un nombre bien original.




3. Los pinchos de la calle Laurel en Logroño
El plan perfecto para picar algo antes de turistear por la capital riojana. De bar en bar, cada uno tiene su propia especialidad. Imposible recomendar alguno, simplemente dejaros llevar y probar por ahí y por allá. Me quedó bastante claro porque se llama la Senda de los Elefantes. No te descuides con los cortos de cerveza o como bien dicen los logroñeses saldrás a cuatro patas y con una buena trompa. No os perdáis las degustaciones de quesos riojanos que ofrecen algunos establecimientos ni el Mercado de San Blas, situado bien cerca.





4. Las vistas de vértigo desde la Sierra de Cebollera
Dejarse llevar por las carreteras interminables de este parque natural tiene recompensa. Así como si nada, llegas a lugares como éstos en los que solo hay calma y donde puedes respirar auténtico aire fresco. Ver volar sobre tí enormes aves rapaces o hacer fotografías de esas que no necesitan ni ediciones ni retoques, para mí ya es todo un plan. Sin hablar de las simpáticas vacas que te miran como si nada o de las visitas improvisadas a pueblos insólitos que te pillan de camino y te dejan como estoy yo ahora: ¡sin palabras!

¿Qué os ha parecido? ¿Ya conocéis alguno de estos lugares de La Rioja? ¿O todavía tenéis pendiente hacerle una visita? ¡A veces no hace falta irse muy lejos, para disfrutar de lo mejor!

¡Espero vuestros comentarios! ¡Ya estoy de vuelta, con más ganas de berlinear que nunca y para seguir compartiendo con vosotros mis aventuras!

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