Keep calm and LOVE british CATS!

¡Ya casi no me queda nada! En menos de tres semanas ya estaré de vuelta en mi Berlín recordando con añoranza mi acomodada estancia very british. Y es que pasar unos meses sin una rutina programada y con todo el tiempo del mundo para hacer lo que te de la realmente gana es un lujo y si encima es en Londres que os voy a contar... Si es que no me puedo quejar, me he adaptado perfectamente a la ciudad y he disfrutado mucho de mi jardín londinense pero sobre todo disfruto cada día que me queda de ellos, que me hacen más amenos los días y me entretienen entre juegos y travesuras gatunas.

 ¡Os presento a mis gatos adoptivos londinenses!

Parece que la leyenda de que los ingleses son fanáticos de los mininos me ha quedado más que confirmada. Lo que más me gusta es que aquí los ingleses les dan totalmente libertad y los gatos se reúnen a diaro en mini-pandillas jardineras para disfrutar juntos de sus aventuras. Algunos son muy suyos y es mejor no hacer ni el intento de tocarlos, como es el caso de este que está aquí abajo con sus famosos calcetines...

 

    
Otros son demasiado hiperactivos, haciendo que hasta una amante de los gatos como yo pierda la paciencia. Pero pase lo que pase, ellos siempre están agradecidos por una caricia, algo que picar y sobre todo no paran de hacer de las suyas....

 Sí sí, yo estaba muy convencida las primeras semanas al ver semejante panorama y le decía muy segura al Pepe: Tú no te preocupes que de la puerta no pasan, estaré con ellos pero solo en el jardín... Pero el frío fue llegando, y me miraban con una cara... ¡No lo pude evitar!

Y qué decir de las artes recoge-pelotas que tienen algunos, nada que haría mi querido Romeo ni en mis sueños más profundos. Los que me seguís en Facebook ya lo habréis visto pues fue una entrada muy vista hace unas cuantas semanas. ¡Aquí os dejo la prueba! ¿Hace vuestro gato también lo mismo? ¡Envidia cochina! ;)

 Ni siquiera sé dónde viven, intuyo que en las casas vecinas pero lo que si sé es que les voy a echar mucho de menos sobre todo a uno en especial. Uno muy negrito que me visita cada mañana bien temprano para aprovechar mis últimos minutos de sueño a los pies de la cama. Al que más consiento, y el único que tiene pase vip a mi habitación. El primero que me recibe cuando regreso de mis aventuras londindenses e incluso algunas veces se emociona demasiado con el encuentro y se le escapa algún mordisco que otro. ¿Cuántas libras me habré gastado en él? Da igual, me compensa tratarlo como un rey! Espero que no me eche tanto de menos a mí, como yo le echaré de menos él!

  También otros gatos se pasan por aquí de vez en cuando, pero no empatizo tanto con ellos como con los cuatro primeros (Sí hay dos negros, yo también pensaba que era el mismo hasta que una vez vinieron juntos). Me llaman especialmente la atención estos dos...

Tengo que decir, que en mi jardín no solo  hay gatos: ardillas, pájaros de todo tipo y hasta un zorro que me da unos buenos sustos de vez en cuando... ¡Qué fauna! Eso sí, yo estoy en mi salsa porque como siempre quise: tengo un zoo en casa.

¿Y a vosotr@s? ¿Os gustan tanto como a mí los gatos? ¿Tenéis alguno? ¿Cómo se llama?

 ¡Espero que estéis disfrutando de mis aventuras londinenses! Ya no me queda nada, en Navidad Ein Tag mit Pepa os seguirá narrando sus aventuras pero de nuevo en MI BERLÍN. ¿Nos seguimos en Twitter, Facebook, o Google+?  ¡Os estoy esperando!