Reflexiones y descubrimientos de este verano

Increíble pero cierto. No sé cómo y tampoco el motivo por el que pasó tan rápido pero a día de hoy, el verano se ha acabado. Quizá en otras etapas de mi vida, estaría encantada de despedirme de él pero desde hace unos años, le he cogido mucho gusto a disfrutar de los días de sol y de esos planes que solo se pueden hacer cuando hay buen tiempo. Os confieso que hasta me entristece un poco. Más que nada porque a partir de ahora: los días se acortan, el cielo de Berlín se vuelve permanentemente gris, comienza a hacer frío y la falta de luz me suele afectar muchísimo al ánimo.

Sin embargo, reconozco que el otoño también tiene sus cosas buenas. Como cuando enciendo la chimenea por primera vez, veo como los árboles se tiñen de colores anaranjados o puedo empezar a poner esas prendas de lana que me encantan y llevaban meses guardadas. Pero vamos a lo que vamos. El verano ha pasado y para que negarlo, ha sido de lo más raro. Sin embargo, de todo se aprende, a todo hay que adaptarse y tirando de paciencia, ganas e ingenio, he podido atravesarlo con bastante éxito.

Aunque en realidad, he invertido la gran mayoría de mi tiempo en trabajar muchísimo para sacar adelante mi nuevo proyecto profesional. Se trata de una empresa online que ofrece contenidos digitales en español entre otras cosas más. Y también incluirá, un blog en el que tanto yo como otros profesionales, compartirán un montón de herramientas prácticas y psicología para emprendedores digitales. Crear una empresa desde cero, es una experiencia única. Y más, cuando te encargas de hacer absolutamente todo por ti misma. Estoy aprendiendo un montón  y estoy encantada con lo que resultó de poner a prueba cada una de mis habilidades creativas. La página web todavía no está activa pero si os interesa podéis seguirme la pista en su respectiva cuenta de Instagram (@espanoltaller) y así no os perderéis nada cuando decida inaugurarla.

Por otra parte, los fines de semana de este verano los hemos dedicado a visitar lugares al aire libre en Berlín y también en Brandeburgo. Lo que tampoco he dejado de hacer, ha sido bajar un par de veces a la semana al mercado. Comprar alimentos de temporada y flores de verano, ha sido una de mis grandes motivaciones en esta época de continua incertidumbre. Pero también hubo alguna que otra celebración cuando en agosto me confirmaron que sigo sana. Pasar por los controles oncológicos es algo muy desestabilizador y las semanas previas, siempre son  muy estresantes. Pero parece ser que a partir del próximo año, solo tendré que acudir a hacerlas cada 6 meses. Y esto es algo que me hace tremendamente feliz y me permite empezar a recuperar totalmente el control y la confianza tanto en mi mente como en mi cuerpo. 

Otra cosa a la que me he dedicado este verano, es a hacer muchos selfies. Selfies con flores, selfies con plantas. Selfies sola o acompañada, y selfies en cada espejo que me encontraba. El objetivo de esto, es coger más seguridad delante de la cámara porque no os lo voy a negar, ponerme delante me cuesta. Cosméticamente hablando he intentado acabar todos esos productos que había ido acumulado. Y también tuve la suerte de probar estos tres de la colección Capture Totale de Dior. Los recibí de manera desinteresada por parte de Influenster con el único objetivo de que los probara y luego compartiera mi sincera experiencia que os aseguro: ha sido muy buena. Si os interesa, podéis repasarla en esta publicación.

Por suerte, también hubo tiempo para hacer algún que otro descubrimiento. En julio, nos fuimos a visitar a la familia y pudimos disfrutar de la naturaleza del sur de Alemania. Como era un trayecto largo en coche, aprovechamos para parar a descansar y pasar la noche en un lugar encantador: Rothenburg ob der Tauber. También visité (a lo lejos) el famoso castillo Neuschwanstein. Por si os lo perdistéis, podéis repasar este post donde os contaba: 5 curiosidades sobre él. Aunque en realidad, también sentí mucha pena y nostalgia porque lo que más se me apetecía hacer este verano: era visitar a mi familia y a mis amigos en Asturias. Pero si algo aprendí durante estos meses, es que todo llega a su tiempo.

Durante los meses de verano, también he visto muchísimas series tanto en HBO como en Netflix. Y precisamente, quiero recomendaros algunas que me han encantado y están protagonizadas por mujeres. Concretamente hablo de "Por qué matan las mujeres", "Katy Keene" y "Dollface". Todas ellas están disponibles HBO. Con la primera alucinaréis con tal despliegue artístico y con una trama de lo más interesante. Con la segunda, pasearéis regularmente por la Quinta Avenida de Nueva York junto a una chica de lo más inspiradora. Con la tercera, os divertiréis mientras su protagonista intenta superar un desamor en L.A. También disfruté un montón viendo el programa "Organízate con el método" The Home Edit en Netflix. Tras terminarlo, no pude evitar reorganizar mi despensa. Y aún sigo replanteándome eso de colocar todos nuestros libros por colores.

Pero si algo he hecho este verano, ha sido intentar mantenerme positiva y disfrutar al máximo de los pequeños detalles del día a día. Sacarle el máximo partido a mi terraza, cuidar mis plantas y observar los pájaros silvestres. Tomar el sol en mi hamaca, desayunar fuera y disfrutar de los atardeceres berlineses. Además, durante este verano también ha pasado algo que de funcionar, va a convertirse en un proyecto personal bien grande y emocionante. Ya me gustaría a mí, poder daros detalles.

Y hasta aquí ha llegado el post de hoy. Espero que os haya gustado e inspirado. ¿Qué me decís? ¿Cómo definiríais vuestro verano? ¿A qué os habéis dedicado? ¿Cuál ha sido vuestro gran descubrimiento? ¡Espero vuestras respuestas en los comentarios! Y de paso, os mando un abrazo.

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