Qué hacer medio día y una noche en Langeais, Francia

En el post anterior os hablaba de Langeais, un pueblo francés que nos encantó y que conocimos al hacer nuestro viaje de carretera entre Berlín y Asturias. Apenas pasamos una noche y medio día en él, pero me gustó tanto que se merece más protagonismo. Se encuentra cerca de Tours y os recomiendo visitarlo o incluirlo dentro de vuestra ruta, si estáis haciendo un viaje de carretera por la región francesa conocida como Centro-Valle de Loira.

Lo primero sobre lo que os quiero hablar, es acerca del alojamiento donde nos quedamos. Se trata de un Bed & Breakfast adorable que no os puedo recomendar más. Las habitaciones están integradas en las plantas de una casona con patio interior. El lugar es muy tranquilo y el trato es muy personal, algo que nos gustó mucho. ¡Tomad nota! Se llama La Vie Voyage y podéis reservarlo (o pasar a cotillear) aquí. Uno de sus puntos fuertes es su desayuno. Nos lo sirvieron en el patio: ensalada de fruta, magdalenas, panecillos y mermelada casera, entre otras especialidades.

Justo en el hotel, nos recomendaron diferentes restaurantes. Visitamos uno auténticamente francés para cenar y en él, comimos mejillones y crêpes en una terraza rodeados de locales. Se llama L'atelier Gourmand y se encuentra en el casco antiguo que se puede recorrer rápidamente a pie. En él, abundan las panaderías y hay mucha vida. Sobre todo los domingos, cuando es el mercado del pueblo que encontraréis en la calle Rue Gambetta muy cerca de la oficina de turismo. Si sois golosos os recomiendo pasaros por Boulangerie Beuvelet (27 Pl. Léon Boyer) y si os gusta el queso, no será difícil que encontréis una Fromagerie. Nosotros compramos quesos regionales en la quesería Fromagerie "Les Trois J" Famille BERTRAND y los acompañamos con una baguette (bolsa para llevarla incluida) en un pícnic que hicimos en la naturaleza.






De entre todos los edificios más antiguos de Langeais, destaca su castillo. Es conocido como Château de Langeais y en mi caso, me quedé con las ganas de visitarlo. Hay muchas plazas e iglesias con encanto y por allí, todo está muy limpio y cuidado. A veces me daba la sensación, como de estar andando por un escenario de alguna película francesa. Aunque por otra parte, también tiene un aire entre decadente y vintage que le da mucha personalidad.






Lo mires por donde lo mires, Langeais tiene rincones encantadores y es uno de esos lugares que si tenemos oportunidad, volveremos a visitar. Sus habitantes son muy amables y aunque apenas hablan otro idioma que no sea francés, no fue difícil interactuar con ellos porque nos lo pusieron muy fácil. Y parece que son admiradores de los gatos porque me encontré con unos cuantos. Tanto por las calles como en las ventanas de las casas. ¿Localizáis uno muy presumido que se ha colado en una de las fotos?

¡Y eso ha sido todo por hoy! Espero que os haya gustado e inspirado. ¿Qué os ha parecido? ¿Conocéis Langeais u otros pueblos con encanto de Francia? ¡Espero vuestra respuesta en los comentarios! Y de paso, os mando un abrazo.

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