Mi diario de viaje de carretera entre Asturias y Berlín 2023: rutas y recomendaciones

Este verano repetimos por tercera vez la experiencia de viajar entre Alemania y España en coche. Hace unas semanas compartía mi diario de viaje de ida y hoy me animo a hacerlo con el de la vuelta. Viajamos entre Asturias y Berlín en coche al inicio de septiembre, siendo la ruta bastante diferente a las anteriores. Pasamos dos días en Francia (Occitania + Provenza), otro en Suiza (Bulle) y el último, en el sur de Alemania (Wangen im Allgäu). Si también me seguís en Instagram, todo esto os sonará porque fui compartiendo mi aventura día a día. A continuación encontraréis las rutas, hoteles, restaurantes, tiendas o lugares de interés que más me gustaron a lo largo del viaje. Ojalá os sirvan de inspiración, si vais a viajar pronto por estos lugares (sea por carretera o no).


DÍA 1

De Asturias a Carcassonne (Occitania, Francia): 8 horas de ruta

No recuerdo este día con mucho cariño. Por un lado, tenía cero ganas de irme de Asturias y por otro, hacía muy mal tiempo. Llevábamos todo preparado para hacer un pícnic a la hora del almuerzo, pero llovía tanto que acabamos comiendo en un restaurante de la autopista vasca. Menos mal que fui previsora y llevaba una caja de bombones de Camilo de Blas que me levantaron el ánimo. Francia nos recibió con mejor tiempo y mucho tráfico. Nos quedamos atascados una hora y media en Toulouse, tiempo que se añadió a la ruta del viaje. El objetivo del día era llegar a Carcassonne en la región francesa de Occitania. Allí nos esperaba una habitación en el Hotel Le Mezz y una mesa en su restaurante que aprovecho para recomendaros.



DÍA 2

De Carcassonne (Occitania, Francia) a Mazan (Provenza, Francia): 3 horas de ruta

Teníamos una habitación muy amplia con vistas a la piscina, en la que disfrutamos de "un desayuno Petit-déjeuner", cortesía del hotel. Se trata de un alojamiento de estilo moderno que no está en el centro de Carcassonne. Por eso, solo os lo recomiendo si viajáis en coche. Algo que me gustó mucho del hotel, es que tenía una tienda privada (Le Mezz Boutique) de la que me llevé unos cuantos souvenirs: productos de L'Occitane, aceite de oliva con limón y vino blanco de la región. Como era un día con una ruta corta, dedicamos la mañana al turisteo. Primero visitamos el castillo Château Comtal, dentro del que hay una ciudadela medieval en la que no falta nada: tiendas, cafeterías, restaurantes y algunos miradores desde los que se puede ver Carcassonne desde una perspectiva única. Después, fuimos a visitar el casco antiguo y nos pasamos por su mercado cubierto conocido como Les Halles Prosper Montagne (Pl. d'Eggenfelden). Es un pueblo con mucha vida y merece mucho la pena visitarlo. Acabamos tomando un café con un pastel en la terraza de la pastelería Katia.N Pâtisserie (33 Rue de la République).




A las dos de la tarde y con un calor de muerte, ya estábamos en el coche rumbo a nuestro siguiente destino: la Provenza. Durante los meses de verano se pueden ver o visitar campos de lavanda, pero nos los perdimos porque ya la habían recogido. El viaje hasta llegar al hotel fue muy agradable, con unos paisajes diferentes a los que conocíamos de Francia. Llegamos al hotel del día a tiempo para descansar un poco antes de cenar. Se trataba del Château de Mazan, un palacete con jardines e interiores increíblemente inspiradores. La habitación era pequeña, pero muy mona y confortable. Esta es una experiencia que me gustaría repetir, pero quedándome más tiempo. En su restaurante cenamos un menú buenísimo que sin duda, fue la mejor cena del viaje.



DÍA 3

De Mazan (Provenza, Francia) a Bulle (Suiza): 5 horas y media de ruta

Tras desayunar, visitamos los alrededores del hotel que estaban llenos de gatos. Mazan es un pueblín con mucho encanto que se puede recorrer en unos minutos a pie. Se encuentra en la región de la Provenza-Alpes-Costa Azul y me queda pendiente redactar un post sobre él. Compramos pan para hacer el pícnic del día en la panadería Perlinpainpain (266 Av. de l'Europe). Y luego, pasé un buen rato mirando la tienda de alimentación y productos locales Au comptoir du Ventoux (252 Av. de l'Europe). Conmigo se vinieron unos cuantos saquitos, botes de miel y jabones de lavanda.





Al medio día pusimos rumbo a Suiza. Y unas horas más tarde, paramos para almorzar a las afueras de un pueblo francés en un campo de nogales. Poco a poco, el paisaje de este día pasó de llano a montañoso y en algunos trayectos pudimos ver los Alpes. Es importante que sepáis que para circular por las autopistas suizas, es obligatorio tener una pegatina que se llama E-Vignette. Se puede comprar antes de cruzar la frontera o de manera online, cuesta 40 euros y sirve para circular un año. Este día de ruta fue muy interesante porque pasamos por lugares como Ginebra o Lausana, siempre al ras del lago Lemán. Llegamos al hotel a las siete de la tarde, y a las ocho ya estábamos sentados en una de las mesas de su restaurante. Nos alojamos en el Hotel Le Tonnelier, ubicado en el centro del pueblo y cuyas habitaciones tenían nombre: la nuestra se llamaba La Chocolaterie. Todo por allí era rústico y de madera, un cambio de estilo radical muy acorde al ambiente suizo.



DÍA 4

De Bulle (Freiburg, Suiza) a Wangen (Baden Württemberg, Alemania): 4 horas de ruta

Después de desayunar, dimos un paseo por el casco antiguo de Bulle. En esta zona de Suiza hablan francés y como ya sabréis, la moneda son los francos suizos. Nosotros no teníamos francos en efectivo y no tuvimos problema en pagar con tarjeta, pero os recomiendo llevar algunos para los gastos más pequeños. Entramos a algunos comercios a cotillear y también nos pasamos por su mercado que se pone los jueves y los sábados en la plaza Place Du Marché. Algo que me gustó mucho, fue un mural de arte urbano que había en la fachada trasera del hotel. A las once de la mañana ya estábamos en el coche y cuando hicimos una parada para echar gasolina, aproveché para comprar chocolatinas. Quería hacer una degustación y descubrir si el chocolate suizo tiene la fama que se merece. Os confirmo que todas estaban riquísimas.




Esta ruta fue bastante curiosa porque durante la última hora condujimos por tres países diferentes y sus respectivas fronteras: Suiza, Austria y Alemania. Nuestro objetivo del día era llegar a Wangen im Allgäu para ver a la familia. Es un pueblo que ya conocíamos y aprovecho para recomendaros porque tiene un casco antiguo precioso. Nos alojamos una noche en el hotel 4K, del que no me esperaba nada y me sorprendió gratamente porque la habitación era muy amplia y el desayuno fue el mejor de todo el viaje. Pasamos la tarde en familia y cenamos en un restaurante alemán que se llama Stoffel’s im Stadtbräu (Eselberg 4). Si estáis en Wangen im Allgäu, os recomiendo pasaros por la floristería BLUMENKUNST Melitta Schneider (Schmiedstraße 20) que también vende decoración y por la pastelería Pâtisserie de Pierre (Schmiedstraße 33). Sin duda, mis lugares favoritos del pueblo.





Al día siguiente, desayunamos con la familia en nuestro hotel y sobre las diez pusimos rumbo a Berlín. Seis horas y media después, tras alguna parada técnica para echar gasolina y coger café, llegamos a casa. Un día de carretera sin más, en el que aprovechamos para repasar los mejores momentos del viaje. Nos gusta tanto viajar por carretera entre Alemania y Asturias que seguramente haya una cuarta vez.



Conclusiones finales:

Una parada: la visita al castillo Comtal en Carcassonne

Una experiencia: conducir por los paisajes de la Provenza francesa

Un alojamiento: Hotel Château de Mazan

Un desayuno: el bufé del hotel 4K estaba realmente bien

Un restaurante: el menú de la cena que ofrece el Château de Mazan

Una tienda: Au comptoir du Ventoux (252 Av. de l'Europe en Mazan)

Volveré a repetir: visitar con más tiempo la Provenza francesa

Nunca repetiría: conducir por las autopistas de Suiza porque estaban saturadas y sale caro

Costes aproximados de gasolina: hicimos 2.400 km y pagámos unos 350 euros

Costes aproximados de peajes: 98 euros



¡Y hasta aquí ha llegado el post de hoy! Espero que nuestro viaje de carretera entre Asturias y Berlín os haya gustado e inspirado. ¿Soléis viajar por carretera? ¿Conocéis alguno de los lugares que formaron parte de la ruta del viaje? ¿Cuál de ellos? ¡Espero vuestra respuesta en los comentarios!

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